Hoy día, una gran cantidad de niños se resisten a participar en actividades físicas elementales, y esto los convierte en serios candidatos a padecer numerosos trastornos de salud (si no es que ya han comenzado a sufrirlos).

Tú puedes y debes hacer algo para revertir esta situación, y lo mejor es que, para hacerlo, no tienes que elaborar un gran proyecto. Basta con introducir pequeños cambios en el estilo de vida familiar que permitan a tus hijos llevar una rutina diaria más sana.

  • Crea espacios para la diversión en tu casa.

Hay muchos juegos que pueden realizarse en el interior de tu hogar. Por ejemplo, convierte un pasillo largo en el escenario de una carrera de sacos. También, de vez en cuando, arrima o retira los muebles y adornos de una habitación para que tus hijos realicen un minipartido de futbol. En un día lluvioso, invítalos a jugar a los escondidos en la casa, y participa junto a ellos.

  • Minientrenamientos

Concibe un plan de entrenamiento de apenas cinco minutos diarios (con ejercicios sencillos como rotar la cabeza, alzar y bajar los brazos, hacer movimientos circulares de cintura, tocarse la punta de los pies y saltar en el lugar). Dedica a cada ejercicio un minuto, no más. Pídele al niño que te haga propuestas para introducir nuevos movimientos. Quizás él mismo termine proponiéndote extender la rutina por un poco más de tiempo. Participa junto a él en estas sesiones.

  • Bailen juntos.

Una vez por semana, pon la música que más les guste a tus hijos en el equipo sonido y organicen una sesión de baile. Una opción puede ser que sigan los pasillos indicados para un ritmo determinado y otra alternativa, que se los inventen. No hay que ser un experto bailarín, se trata de pasarla bien y de mover el esqueleto al compás de las notas musicales.

  • Invierte en un estilo de vida saludable.

Cómprale esos patines o la bicicleta que te piden a diario, y hazles prometer que los usarán. Si tienes patio o jardín, compra una canasta para que encesten la pelota de baloncesto o construye junto a ellos una rústica cancha de balompié. El dinero que dedicas a estas adquisiciones es una inversión en la salud de los niños que rendirá beneficios a corto y, también, a largo plazo.

  • El videojuego puede ser algo positivo

Existen algunos de estos juegos (por ejemplo, Dance Dance Revolution Max) que los obligan a mover sus cuerpos. Este que mencionamos enseña a los niños a bailar y ha sido diseñado con diferentes niveles de complejidad.